Acabo de llegar de allí, y aún afectada por el misticismo, puedo decir que es uno de los lugares que más me ha impresionado en mi vida. No me extraña que los incas se fuesen hasta allí, para crear esa ciudad hoy en día aún envuelta de misterio.
Nadie sabe a ciencia cierta qué ciudad era aquella que aún conserva restos a las faldas del gran Machu Picchu (montaña vieja), y parece algo inaudito, dadas las dimensiones de las ruinas encontradas. Hay muchas teorías, que han sido refutadas y falsadas, y numerosas leyendas, que sólo creerás si confías en la existencia de los extraterrestres, pero lo cierto es que hubo una civilización allí, no sabemos hasta qué año, ni quiénes eran, pero de lo que sí podemos estar seguros, es de su gran destreza para crear algo a esas alturas y en un terreno tan escarpado. También de su veneración por el Sol y sus conocimientos astronómicos, aún teniendo tan pocos recursos.
Lo que más me ha sorprendido es mi subida al Huayna Picchu. Era algo que yo desconocía, la existencia de esta montaña (montaña joven) y que en su punto más alto también había ruinas de lo que parece ser otra ciudad, con casas, incluso de dos plantas, lo cual, si subes, bastante costosamente por cierto, debido a su gran pendiente y terreno tan escarpado, no deja de sorprender. El cómo pudieron subir piedras de ese tonelaje hasta allí arriba. Pero lo mejor es la vista que ofrece. Cualquier trabajo que te cueste subir, queda olvidado al contemplar desde arriba toda la panorámica de las ruinas del Machu Picchu, las montañas, el pueblo de Aguas Calientes y el río Urubamba. Increíble.
El Huayna Picchu es la montaña que sale tras las ruinas en la foto.
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Hace 6 años
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