miércoles, 30 de junio de 2010

Unicornio

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Me gusta mucho este vídeo. Fue presentado en el Festival de Publicidad de Cannes, y aunque no ganó, es uno de mis preferidos (mío y de mi gran fuente publicitaria).



Si quereís ver más, hay cuatro historias más en http://www.cinema.philips.com/gb_en/
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viernes, 25 de junio de 2010

Pero qué assssssco

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Aviso a navegantes: vengo indignada, así que este post está escrito desde el cabreo más absoluto.

En el gimnasio al que voy, siempre, y digo SIEMPRE, está sintonizado telecinco. Es una sala pequeña con dos teles bastante grandes, y a diferencia de otros gimnasios, aquí no ponen el MUTE, es más, lo ponen a todo volumen, por lo que yo siempre llevo mi música, a todo volumen también, para enmascarar el Sálvame. (que siempre está, yo no sé cuánto dura eso, pero vaya a la hora que vaya por la tarde, está. Pero eso es tema para otro post).

Pues hoy he ido por la mañana, y propio de mí, me he dado cuenta de que se me habían olvidado los cascos, una vez allí. Y en ese momento, estaban poniendo Hombres, mujeres y viceversa, a tope, imposible obviarlo.

No sabía en qué consistía, pero más o menos hoy me he enterado. Viene a ser un encuentro en el plató entre un/a "tronista" que es alguien busca pareja, y sus candidatos/as, con los que ha tenido una cita, que comentan dichos encuentros y demás temas trascendentales. La cosa está en que hoy el tronista era un semihombre de estos que se llevan ahora, y las candidatas 5 ó 6 chicas mostrando sus encantos. Hoy se visualizaban en vídeo las citas que había tenido con cada una de ellas, con todas presentes durante el pase, desconocedoras de qué ha pasado en cada una de los encuentros. Ahí ha empezado la tragedia.

Las citas empezaban con un primer plano de cada una de ellas diciendo "Yo, voy a por todas", a lo que seguía la cita en cuestión. Penoso. Eso era, digno de lástima. Se han abalanzado sobre él a comerle la boca, le han hecho un pase de ropa interior, se le han sentado a horcajadas encima, etc. etc. Primeras citas, recuerdo.



Claro, si lo haces tú, está bien, pero ver que las demás han hecho lo mismo, ya es otra cosa. Además, no habían oído las declaraciones de él después de la cita. Perlas como "se me ha puesto tope dura" (veáse el estilo cervantino del zagal), "es que me ha dado un buen par de razones", ó "están peleando entre ellas como perras".



Al principio, haciéndose las ofendidas, se oían comentarios del tipo "no entiendo por qué nos trata como objetos" o " no sé por qué va besando a todas", para tres minutos después pelearse entre ellas para poder sentarse sobre sus rodillas y así poder ganarse su corazón...Alguien debería decirles que si eso es lo que quieren, ese no es el camino correcto.



Llegados a este punto, he cogido y me he largado, intentando no interferir en la visión de los usuarios del gimnasio, babeando unos y riéndose otros. No se me entienda mal, no es porque fuesen mujeres en este caso, porque supongo que cuando sea al contrario, será algo por el estilo. Es por el hecho de estar compitiendo para que alguien te elija, y mientras se magree con todo el que le venga en gana, y tú lo tengas que aceptar, comértelo con patatas e incluso apostar más fuerte, y que esto se emita, siendo un programa de éxito.

Sé que hay dos opciones: una, que esto sea cierto y la gente ya no tenga el más mínimo amor propio, los que están allí y los que lo ven, porque de verdad que a mí me daba vergüenza ajena, caer tan bajo para "seducir" a un hombre, y encima ofenderte porque no quiere casarse, si no sólo echar un polvo.
Y dos, que todo sea un montaje, lo cual me viene a dar igual, porque los que lo ven, deben disfrutar (por eso se ven las cosas ¿no?), y no sé qué es peor.
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viernes, 18 de junio de 2010

Americanooooooooooooooooos!

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Seguro que todos recordamos la famosísima escena de la película de Luis García Berlanga, "Bienvenido, Míster Marshall", en la que a la llegada de los americanos, todo el pueblo de Villar de Río (pueblo ficticio) se aposenta en la entrada, para verles aparecer y así poder entonar una canción de bienvenida.

Aunque la carga de la película es mucho más profunda, lo que ha pasado a la historia es la susodicha cancioncita, ya que plasma el "servilismo" del pueblo español en la época franquista ante los americanos, la admiración por esa sociedad, aunque nos dejasen fuera del plan Marshall en su momento, y aunque la película en realidad fuese una crítica, esta escena se recuerda en muchas ocasiones por justo lo contrario.

Pues bien, 57 años después del rodaje de esta escena, yo me he vuelto a sentir como una habitante de Villar del Río, y es que estos días han venido a estrenar a España la nueva película de Cameron Díaz y Tom Cruise,"Knight and day".

Me parece estupendo que vengan a Sevilla a estrenarla porque fue aquí el rodaje de muchas escenas de acción y agradecen mucho a España lo que ha hecho para que fuese posible la película y bla bla bla.

Pero pasemos a analizar el estreno en sí. Las dos estrellas de Hollywood, vienen un día a Sevilla y recrean una escena de persecución, dando vueltas a la Giralda en moto y en BMW, así, una y otra vez, durante casi tres horas, ante los gritos y lágrimas de cientos de seguidores, que llevaban allí esperando unas 5 o 6 horas. Ante la actitud de estos espectadores perfectamente se podría pensar que es que en España no hemos visto una moto o un coche en nuestra vida!



Al acabar, se acercó el simpático Tom a la muchedumbre, con su blanca-nuclear sonrisa, tatuada en el rostro. Le regalaron castañuelas, muñecas flamencas y hasta un pequeño capote, vamos, los topicazos que nos caracterizan al otro lado del Atlántico.



Además de todo, le hicieron decir cuatro palabritas en castellano, ovacionadas después con gran alborozo, y le preguntaron por el partido España-Suiza:

P: "¿Y qué piensa tras el España-Suiza?"
R: "Me quedé muy triste con la derrota de España; veremos cómo sigue la semana que viene la competición. Yo cruzo los dedos".

(Claro que sí, Tom va con España, por supuesto!)

Todo esto, para apoyar a una película americana, mala malísima, que sí, está rodada en Sevilla (sólo parte), pero que recrea en las calles de esta ciudad una carrera de San Fermín (¿!¡?)y que tiene un presupuesto acojonante para cochecitos y actores famosos, con el obvio propósito de camuflar un guión de mierda, hiper manido: un super espía que el mundo necesita y su mujer no sabe a lo que se dedica.

Y nosotros ahí, riéndoles la gracia y regalándoles banderitas españolas, para que se vayan a casa más endiosados aún.

¿El cine europeo? Bien, gracias.

miércoles, 16 de junio de 2010

Lado salvaje al volante

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Por mi trabajo, me veo obligada a coger el coche de forma asidua. Bueno, es cierto que no estoy obligada, pero hasta que no se invente el teletransporte, si no, no me da tiempo para llegar de una punta a otra de madrid en 30 minutos.

El caso es que debido a este hecho, me ha dado tiempo a observar la conducta de las personas al volante. No sé por qué extraño motivo, los conductores se transforman, sale el "Hulk" que llevan dentro. Insultan, pitan, de intermitentes ni hablamos, se cuelan, etc., etc. En definitiva: se vuelven agresivos.

Como siempre, tengo una teoría sobre esto. Yo creo que se debe a que dentro del coche nos sentimos protegidos. ¿Que le haces una faena a alguien? "Si yo voy dentro de mi coche, ¿qué va a hacer, bajarse y correr detrás?".

Y con esta excusa, pues se hace un poco lo que se quiere. Me cambio del carril izquierdo al derecho sin señalizar y pasando otros dos carriles en 5 segundos, voy a 150km/h adelantando como un poseso, me pongo a gritar a otro conductor cual energúmeno u otras hazañas varias.

Y es que es cierto, no pasa nada. Si te pitan, te da igual, ya que no hay contacto directo con los demás conductores, que no volverás a ver en la vida, pasados unos 10 segundos. Además, como sólo miramos por nosotros mismos, las putadas que les hagamos a los demás, francamente, nos dan bastante igual.

En realidad, se resume todo en lo mismo. Cada vez nos importa menos guardar las formas y pensar en los demás, admitir que pueden tener un fallo o tener un poco de paciencia, o al menos, respetarlos. Vivimos la era del individualismo, en la que miramos por lo propio, "y por lo tuyo, mira tú, que yo ya tengo bastante". Y si encima vamos encerrados en un vehículo que nos facilita la huída, el "envalentonamiento" aumenta, siempre y cuando la cosa se ponga fea, podamos irnos por patas.
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