Relax

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En castellano, "hacer lo que te apetece". Eso es lo que he estado haciendo estos últimos días, lo que me daba la gana. Sin despertadores, sin horarios, comiendo a la hora de la merienda, bañándome en el mar y paseando por la orilla de la playa hasta que se hacía de noche. Eso es vida. Pero se acabó y hoy ya estoy encerrada en una recepción haciendo papeleo (jamás subestimeís el GRAN poder de la burocracia) y contestando al teléfono como una autómata más, a la espera de poder salir para irme a la biblioteca a estudiar. No es de los mejores planes que puede haber...

Aún así, creo necesario el tener una vida más o menos rutinaria y con obligaciones para poder saber disfrutar de los momentos de descanso o diversión. Estoy convencida de que si cada día pudiesemos ir a la playa, levantarnos y no tener nada que hacer, la rutina se convertiría en eso y dejaríamos de apreciar el tiempo libre, porque todo sería eso, tiempo y más tiempo, sin nada que hacer. Así que me quedo con poder estudiar para trabajar en lo que me gusta y no en una recepción, y de paso, así saber apreciar mejor las vaciones y los atardeceres en la playa, como he hecho ahora.