jueves, 4 de junio de 2009

"Gran Torino"

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Ultimamente no voy mucho al cine, basicamente por falta de recursos económinos (es lo que tiene opositar)pero también es verdad que se debe en parte al buffet de películas petardescas que se puede ver en los últimos tiempos. Y es que no hay nada que me moleste más que gastarme el dinero de una entrada y perder dos horas, para ver algo que no me aporta nada, ni me dice nada, ni me entretiene si quiera.

Dicho esto, siempre hay excepciones y se puede rescatar de algún cine recóndito y dándose mucha prisa (ya que el tiempo medio de duración de estas películas en cartelera suele ser de dos semanas) alguna historia que te hace reflexionar sobre algo, aunque en principio no sea la temática central del filme.

Y eso me ha pasado con el "Gran Torino". Es algo que aparece en la película como un detalle más, pero que a mí me ha dado qué pensar, algo que por cierto me ocurre bastante con las películas dirgidas por Clint Eastwood, que son de lo mejorcito (no quería pasarlo por alto). Es la relación que mantiene el protagonista, un hombre mayor, viudo, con sus dos hijos, ya casados y con sus respectivas familias formadas. Esta relación es casi nula, excepto cuando los hijos le llaman a casa o van a visitarle, única y exclusivamente cuando quieren sacar algo de él, ya sea dinero, unas entradas de fútbol, o conseguir meterle en una residencia para quedarse con su casa. Apenas dedican tiempo en la película a estos hechos, son algo más, pero me produjo una gran repugnancia. Y es que no sólo es el egoismo con el que le tratan, sino que además están convencidos de que son unos estupendos hijos, que hacen todo lo que pueden por su padre y éste sólo les responde de malas maneras y con desplantes, en definitiva, que ni se plantean que esta manera de actuar o no concederles lo que le piden, se puede deber a cómo le tratan a él.

Esto me lleva a preguntarme si no somos todos en parte así. Nos creemos en derecho de obtener absolutamente todo de nuestros padres, porque es su obligación, si no, que no nos hubiesen tenido ¿no?. Y da igual que les tratemos bien o mal, porque somos sangre de su sangre e independientemente de cómo seamos con ellos nos "merecemos" heredar todo lo que es suyo, lo que tanto les ha costado obtener, así, sin más, y si no es así, la ofensa es tremenda y se transforman en los peores padres de la historia. Pues no, ya que les chupamos la sangre, porque es lo que hace un hijo con sus padres (voluntaria o involuntariamente), agradecérselo no está de más, y considerar que la obligación es recíproca, que tratar bien a alguien no cuesta tanto, y menos si son las personas que han hecho posible que estés donde estás.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Eso mismo! Ser agradecido
y seras bien recibido.

Se me cayeron una o dos lagrimas en esta pelicula.

Gracias papa y mama.

Gracias ana

Luiso. dijo...

GRRRR TENGO UN BORRADOR EN MI BLOG CON ESTE MISMO POST... ya te vale... deja de parecerte tanto jajajaja.

nujki dijo...

Gracias a ti "anonimo" a ver cuando hablamos...

Ahhhhh yo escribí antes, se siente

Anónimo dijo...

No hagas la pelota...que te vamos a desheredar igual,,,,,juaaaassss, juasssss

nujki dijo...

Jajajajajaj cria familia...y te sacarán los ojos