viernes, 23 de octubre de 2009

Ágora

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Nueva película de Alejandro Amenábar. Prometía.



Y no me arrepiento de haber ido. Este director me encanta. Más allá de los medios que tenga para hacer sus películas, tiene una manera de contar las cosas, filmándolas, que a mí personalmente, me llegan. Esta vez no ha sido menos, aunque parece ser que hay más variedad de opinión en la calle.

Salvando que la película te pueda gustar más o menos, lo que sí es verdad, es que te hace pensar. Pensar en por qué y para qué existen las religiones y cuánto daño han hecho. En un principio supongo que para agarrarnos a algo, en el inevitable institno de explicar las cosas que tenemos los humanos. Que no encontramos la explicación, inventamos algo que nos satisfaga nuestro ansia de saber. ¿Creación del mundo y los seres humanos? Dios. O dioses, según se vea.Y por defender aquello de lo que ni si quiera estamos seguros que exista,(empíricamente hablando), nos matamos si hace falta. ¿No da qué pensar?



PD: destacar la música de la película (también me encanta siempre) y a Rachel Weisz, que tiene algo que hace que sólo su "estar" te transmita muchas cosas.
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1 comentario:

Luiso. dijo...

No solamente las religiones, sino cualquier tipo de dogmatismo que saque el pensamiento único a florecer de modo que la gente empiece a actuar en manada. Se me ocurren ejemplos, como puede ser la película de la Ola, el propio régimen nazi, el KKK, los clanes mafiosos, los ultras de futbol, las sectas y en general los fanáticos de cualquier cosa que haga que sean facilmente manejables gracias a que alguna motivación en común les haga sentirse parte de una todo y por tanto sentir que cualquier elemento extraño a su grupo es una amenaza que debe ser aniquilada.