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En plena era del Facebook, Twitter, emails, iPhones, Blackberries, móviles, Reflex digitales, etc., etc., a los que he de reconocer que estoy bastante enganchada, me ha dado por pensar en cómo vivíamos antes.
Hay cierto tipo de personas que podrían sufrir graves crisis de angustia si les retirasemos todos estos accesorios de la nueva vida moderna y digitalizada, por qué no decirlo, en la que nos movemos. Ahora todo se hace vía internet (cartilla del paro, buscar trabajo, pagar recibos, comprar comida y ropa)y es cierto que es más cómodo, pero ¿no se está perdiendo algo en el camino a la sofisticación?
Personalmente creo que sí. Ya no interactuamos entre nosotros, si podemos evitar el contacto humano, lo evitamos a toda costa. El otro día, alguien me comentaba que prefería ir al supermercado X, antes que al Y, porque así podía adquirir el producto directamente, sin tener que hablar con el hombre que atendía ese puesto.
Hemos convertido nuestra sociedad en un paraje hostil, incomunicado, en un gigantesco autoservicio. Para adquirir cualquier cosa no es necesario hablar con nadie, y por la calle todo el mundo lleva puestos los cascos de su iPod, su iPhone o su iLoquesea, para terminar de aislarnos.
Por eso quiero revindicar, que a veces, es mejor el contacto humano, e incluso a veces, hace falta. El otro día hice redescubrir a unas cuantas personas, lo especial que es ver una sesión de fotos en formato papel. Se les había olvidado!y ahora hay dos asiduos más a las cámaras analógicas con su carrete y su "hacerlo todo manual" (eso sí, combinando con lo digital).
Y también he vuelto a descubrir lo especial de una carta. No un email, que todo lo que tiene de rápido, lo tiene de frío. Ver la letra de alguien es algo difícil en estos tiempos, pero dice mucho. Ya estoy harta de la Times New Roman o la Comic Sans!
Así que por mi parte, rompo una lanza a favor de las 3 dimensiones, que ya vale de tanta pantallita. Me parece estupendo usarlas, pero por favor, no para todo.
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Hace 6 años
2 comentarios:
Yo después de hacer estos análisis, siempre llego a la misma conclusión. Y es básicamente que la virtud está en el punto medio. La tecnología debe ser un medio y no un fin.
Te puede venir bien para ahorrar tiempo y poder invertilo en cuidar a la familia evitando esperar colas en la administración o hacer un papeleo en verano cuando las oficinas solo abren de lunes a viernes hasta las 14:00 y como trabajas tendrías que pedirle el favor a alguien. Pero no debe ser empleada exahustivamente para evitar a toda costa salir de casa.
Desde mi punto de vista es normal que no sepamos vivir sin movil, igual que nos hemos acostumbrado a tener lavadora y no ir al rio, a arar con un tractor en lugar de arar a mano, a poder tener alimentos congelados en casa o una calefacción automática.
En definitiva, la tecnología puede ayudar al hombre a dedicar más tiempo a pensar y no a mantenerse, pero igual que la dinamita, puede ser empleada correctamente o erróneamente.
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