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He llegado en plena época de carnavales, y me alegro. Aquí es todo un ritual. Cada ciudad que he visto, habiendo recorrido todo el sur, lo celebra de forma distinta, una manera distinta de entenderlo y lo viven distinto. Y dentro de cada ciudad, cada comunidad tiene su traje y sombrero típico y sus rituales típicos. Aquí en Puno, donde estoy ahora, lo llevan celebrando todo el mes, y hoy ha sido como el primer día: bailes, cánticos, trajes y colores por todas las calles y casas de la ciudad, así como en las islas del Lago Titicaca, en las que ayer pude presenciar el concurso a la mejor danza y puesta en escena. Una isla, 4000 habitantes y ocho comunidades. Templos distintos a los que rendir culto y trajes y bailes distintos con los que aspirar a ganar el concurso. Tipo eurovisión pero a pequeña escala: Traje: 20 puntos, Danza: 20 puntos, Música: 20 puntos. El acontecimiento del año.
En cambio Lima, sólo se celebra una semana, y lo hacen sin usar trajes típicos: la frialdad de las ciudades. Algo que sí tienen en común pueblos y ciudades, islas y comunidades es que se celebra el carnaval lánzandose agua unos a otros y espuma artificial. No hay ningún motivo religioso detrás, claro está, pero si paseas por las calles estos días, no sales seco. No hay piedad para nadie. Ni ancianos, ni tiendas, ni turistas, así que lo mejor es mezclarte y pasártelo como un crío. Me alegro de haber podido ser partícipe de el carnaval de Perú.
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Hace 6 años
2 comentarios:
mola! pero pon mas fotos tacaña q no te cobran!! jajajaj
Todo llegará...todoooo llegará...
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