miércoles, 28 de enero de 2009

Tristeza

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Merodeando por blogs ajenos, hace unos días me encontré con uno, bastante interesante por cierto, en el que se planteaban dudas razonables de lo más variadas. Me llamó la atención una de ellas:” ¿Cuál es la finalidad de la pena?”. Tras el lanzamiento de la pregunta inicial se podía leer lo siguiente:” ¿Por qué sentimos pena? ¿Para que sirve? ¿Por qué nos deprimimos? Las preguntas que dejas en el aire me han hecho pensar mucho y no le veo la utilidad francamente.”

Como todo en la vida, la tristeza no existe por casualidad, sirve para algo. Así como la fiebre es un indicador de que algo físico va mal, la pena o la tristeza son indicadores de que algo no físico, va mal. Tiene una función clara, hacernos ver que algo en nuestra vida no está a nuestro gusto, y así poder, si está en nuestras manos, cambiarlo. Otra cosa es la capacidad y posibilidades que tenga uno para modificarlo y en hacerlo bien o no.

En casos como tristeza ante la muerte de un familiar/amigo, una ruptura sentimental, o acontecimientos parecidos, la tristeza existe porque sentíamos apego por esas personas, porque somos seres creados para vivir en sociedad, en compañía de otros y eso nos hace sentirnos tristes al separarnos de ellos.

El problema está, en que en la sociedad que estamos creando, las personas cada vez tenemos menos tolerancia a la frustración, queremos no estar tristes aunque los acontecimientos sean realmente duros y nos entristecen cosas que en un principio no deberían. Y lo que está mal utilizado, tarde o temprano nos hace pensar que es probablemente inútil.

2 comentarios:

Dain dijo...

¿Hablas de la tristeza normal (todo apunta a que sí) o de la tristeza patológica?

En cualquier caso, suponiendo que se trata únicamente de la primera, hay que tener en cuenta que según cómo sea uno se tiene más tendencia a experimentarla o no, y no sé hasta qué punto ello será indicativo de que se está experiemtando una situación que hemos de cambiar.

Luego, no sentimos necesariamente tristeza porque se nos muera un familiar o un amigo. Sentimos esa tristeza porque es lo que hemos aprendido. Ponte a organizar lujurias etílicas en vez de funerales deprimentes y ya verás como deseamos que la palme más gente cercana.

Ahora vendrá un humanista y me pegará un tiro. Espero que luego llore un poco delante de mi cuerpo frío.

nujki dijo...

JAjajjajajaja, igual escupe sobre tu cadaver...tranquilo, me encargaré de enterrarte con tus efectos personales, esto es, una cerveza (de las buenas eh?)
Sí, hablabab de la más normal y no de la patológica, y aunque es cierto que hay gente con más tendencia a experimentarla, decir que está ahí para nada, me parece infundado, es lo que quería venir a explicar